viernes, 7 de agosto de 2009

Deus ex machina- ni libre ni ocupado

Aunque el mundo te lleve a ello, no eres una máquina. Aunque vivas rodeado de normas, de leyes, de horarios, aunque la televisión te diga qué champú comprar o cómo debes sufrir las hemorroides, aunque el populismo mate a la ideología, aunque las modas maten tu personalidad, no eres una máquina. No tienes por qué comportarte como tal. Porque, aunque por fuera parezca que te dejas arrastrar por la marea, aunque cumplas las normas, las leyes y compres su pasta de dientes y lleves sus mismos pantalones ahí dentro, al otro lado de las costillas, no tiene por qué entrar nadie. Puedes ser una máquina por fuera pero un hombre sensible, un artista, por dentro: Las heridas se convierten en costras que son corazas y te protegen y aislan el mundo de fuera de tu mundo interior. Aprende a separar ambos mundos y serás libre. Aprende a obedecer por fuera, a ser uno más, a no llamar la atención y constrúyete un mundo ajeno que se abra nada más cerrar los párpados. Un mundo donde poder crear éter. Un mundo de cielos comestibles y luces sin sombra.

Yo hago todo lo posible por conseguirlo cada día, desde mi taxi: Separar el mundo de fuera del mundo interior; que las calles se muevan a un ritmo distinto que mi habitáculo.

Los edificios son los mismos, la gente es la misma, las vallas publicitarias son las mismas, pero yo lo interpreto como me sale de los huevos. O al menos, lo intento

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